Errores del Marketing de Contenidos
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5 errores habituales cuando mides el impacto de tu estrategia de contenidos

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¿Estás ejecutando una estrategia de redes sociales? ¿O de comunicación de marca? Bien… Entonces deberás estar también en proceso de medir el rendimiento del plan para saber si funciona o cuáles son las áreas de mejora. Hay ciertos errores en las estrategias de contenidos, especialmente referentes a este punto de medición y análisis de KPIs.

Los errores al medir una estrategia de contenidos de los que te hablaremos hoy son muy habituales, por lo que te recomendamos encarecidamente que prestes atención para no seguir repitiéndolos.

En ocasiones, las marcas se encargan de gestionar una estrategia de contenidos maravillosa, pero que de poco sirve si no se hace un follow-up eficiente. Y es que determinar aquellos KPIs que vas a tener que medir para saber si se cumplen o no los objetivos es un paso imprescindible dentro de la propia estrategia de contenidos. Y un error  dejarlo atrás.

Por eso, en nuestro blog, hemos querido contarte cuáles son los cinco errores principales cuando se mide una estrategia de contenidos. ¡Coge papel y boli! Y empieza a medir tu estrategia desde ya.

¿Cuáles son los más comunes errores de una estrategia de contenidos?

#1 Falta de contexto

Para medir eficazmente el impacto de una estrategia de contenido, es esencial contextualizar la estrategia, inicialmente en relación con su audiencia potencial. Además, es esencial el análisis del comportamiento de los usuarios de la web en este sector.

¿Buscas regularmente palabras clave estratégicas en Google? ¿Con qué frecuencia las buscas? ¿Mensualmente, semanalmente…? Herramientas como Google Adwords o la planificación de Google Trends permiten recoger estos datos.

Por último, debe observarse el impacto de la estrategia de contenido con respecto a los objetivos iniciales (notoriedad/adquisición, conversión y/o lealtad), así como los resultados previstos. Lo ideal sería que los objetivos se hubieran definido de manera específica, mensurable, alcanzable (con respecto a los recursos disponibles), realista (véase el público potencial) y basada en el tiempo.

#2 Confundir target con tráfico

El target representa a todos los usuarios  que forman parte de una audiencia recurrente. Por ejemplo, los clientes potenciales y los clientes suscritos al boletín informativo, que reciben regularmente tus contenidos.

El tráfico es un concepto más efímero e inmediato. Un artículo de blog puede llegar a un gran número de lectores pero su impacto es insignificante en una estrategia de contenido global.

#3 No saber cómo medir la viralización

La viralidad de los contenidos mide la difusión, la recomendación de tus contenidos por parte de quienes los consumen. Se trata pues de contabilizar el número de veces que un contenido es compartido en las redes sociales, en proporción con el engagement que genera.

Para medir la viralidad del contenido, hay una cantidad de herramientas disponibles. Algunos dispositivos de intercambio en sitios web o blogs generan automática y visualmente estas estadísticas.

También puedes hacerlo manualmente para medir este engagement de tu público objetivo sumando los «likes», los comentarios y los «compartidos» en las redes sociales en las que se difunde tu contenido.

#4 Olvidarte de las métricas offline

Puesto que el objetivo final de una estrategia de contenido suele ser generar conversiones, sean ventas o SQL, debemos contabilizar tanto las conversiones que se producen dentro de la web, como aquellas que se lleven a cabo de forma presencial, siempre que el contenido haya sido uno de los puntos de contacto o se le atribuya la conversión.

Si no, estarás dejando fuera una buena parte de los resultados y no sabrás cómo ha funcionado exactamente tu estrategia de contenidos, perdiéndote una oportunidad de aprovechar el rendimiento offline para futuras mejoras.

En cada fase del ciclo de compra, el enfoque de un prospecto sobre tu marca es un resultado positivo de sus esfuerzos en cuanto a la producción de contenidos, aunque no siempre sea posible determinar qué acciones llevaron realmente al usuario a ponerse en contacto con tu marca.

#5 Descuidar el impacto cualitativo

A menudo se tiende a medir el impacto de una estrategia con KPIs meramente cuantitativos. Sin embargo, la tasa de interacción, tipo y calidad de comentarios o reacciones indican con igual o mayor importancia si una estrategia de contenido se mantiene o si necesita un mayor y mejor desarrollo.

Cualquier manifestación de tu público te va a informar sobre su interés en tu marca o en el contenido que consumen. Para saber si tu estrategia de contenido aporta un verdadero valor añadido (información, entretenimiento…) a tu público objetivo, debes considerar algunos parámetros:

  • El más clásico: el cuestionario o rating. Crea un formulario e incentiva a tu audiencia a que te ayude a mejorar.
  • El más caro: la escucha activa de las redes sociales para mantenerte en contacto con su público en las redes sociales.
  • El más cuantificable: la tasa de rebote y el tiempo dedicado al artículo y a las páginas visitadas (Google Analytics).

En definitiva, los errores de una estrategia de contenidos pasan por la creación de la estrategia en sí, la ejecución y el análisis de KPIs y resultados. Pero esta última fase suele dejarse atrás con mucha frecuencia.

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